¿MAL HUMOR? LA RESPUESTA, EN LA ALIMENTACIÓN

600x0_671223Los especialistas aseguran que lo que se come, la cantidad y de qué manera influye en el estado de ánimo. Qué hay que tener en cuenta a la hora de alimentarse para que la vida cotidiana no se vea alterada.

Al pensar en el estado de nuestra salud, solemos analizar nuestro organismo en forma separada y no de manera integral; es decir que separamos lo que tiene que ver con alimentación de nuestro estado de ánimo, de nuestro grado de actividad física o sedentarismo, etc. Pero debemos tomar conciencia que en el organismo todo se relaciona, y esta relación es la que determinará nuestro estado de salud general.

«En ese marco, el estado de ánimo tiene una estrecha relación con lo que comemos, es decir que nuestra dieta puede determinar nuestro estado anímico en forma clara», aseguró la licenciada Susana Aranda (MP 1469), nutricionista de Sanatorio Diquecito, para quien hay al menos cuatro aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de la relación entre la alimentación y el estado de ánimo:

– Si la persona está haciendo dieta para bajar de peso.

– Si mantiene una alimentación sana pero de muy baja en calorías.

– El consumo de comida «chatarra» o de lo que sabemos que nos hace mal.

– Estados emocionales que tienen que ver con neurotransmisores.

Dime lo que comes y te diré cuán feliz eres…

Cuando nos referimos a la alimentación en general (sin una dieta de por medio), hay alimentos que ayudan a mejores estados emocionales. Algunos de ellos son:

Omega 3: Los últimos estudios señalan que todos los alimentos que contienen Omega 3 –como por ejemplo los pescados de mar, los mariscos- ayudan a estabilizar el ánimo. Evidentemente, la incorporación de alimentos con omega 3 no pasa por el gusto, como sí ocurre con el chocolate. El pescado no es quizá la comida que la gente elegiría ni por la que tendría un antojo, pero se sabe que químicamente ayudaría a equilibrar el ánimo ya que los ácidos grasos buenos que contiene están relacionados con la formación de neurotransmisores y de estructuras de membranas celulares que afectan las conductas.

Los alimentos dulces: Hay alimentos que tienen incidencia en el nivel de serotonina en el organismo. Éste es un neurotransmisor natural que tiene estrecha relación con los estados de ánimo, ya que afecta zonas del cerebro relacionadas con que uno se sienta confortable o no, con sensación de tranquilidad, de relajación o no. Cuando la serotonina está baja en sangre, habitualmente nos suele pasar que busquemos cualquier cosa dulce que tenga hidratos de carbono o harina, azúcar, o chocolate, o dulce de leche; este es un mecanismo natural que se da porque el consumo de hidratos de carbono ayuda a subir el nivel de serotonina. Eso hace que se equilibre lo que está faltando; por eso dicen que el chocolate es como un antidepresivo. Lo que uno debería hacer es no llegar a tener esos déficits y comer de todo un poco, incluyendo alimentos con hidrato de carbono que tengan algo de harina o un toque de chocolate, incluso proteína. La serotonina tiene una estrecha relación con el triptofano, que es un aminoácido que está en la carne, el yogur, el queso. Entonces, cuando la persona come alimentos con proteínas naturalmente, ésta producirá mejor la serotonina y podrá prevenir tener esos descensos bruscos de serotonina que son los que generan «bajón» y propician esas tentaciones compulsivas.

chocolate-para-los-mas-pequenos_articleEl chocolate: Entre los alimentos que están relacionados con el buen humor, el chocolate está a la cabeza. Existe además una relación psicológica entre el chocolate y nuestro estado de ánimo, ya que este alimento se asocia psicológicamente al premio que nos han dado desde chicos, a la recompensa si hacías algo bien. El dulce, entonces tiene una relación tanto orgánica  como psicológica con la sensación de placer. La persona le atribuye un símbolo a ese dulce, que siempre es positivo.

La comida chatarra: Por otro lado tenemos la comida chatarra y nos preguntamos: ¿predispone ésta al mal humor? En realidad, es fácil deducir que cuando la persona se deja llevar por comer comida chatarra, o por comer en exceso alimentos que uno sabe que luego generarán hinchazón, mala digestión y sensación de culpa, obviamente se producirá una predisposición psicológica hacia el mal humor. Esto es exactamente lo opuesto a cuando uno sabe que hizo las cosas bien, que comió sanamente, etc. Esta conducta antagónica no hace más que generar plenitud, vitalidad y buen humor.

Ahora, cuando la persona come lo que sabe que debe comer, esto le hace muy bien, y generalmente asociará esta práctica a un estado de ánimo positivo, porque se sabe que se está haciendo lo correcto. «El punto crítico se presenta, sin embargo, cuando se genera una restricción calórica: si la persona está comiendo sano pero siente que se está quedando con hambre, el malhumor será irremediable. En otras palabras, la cantidad de calorías serán también determinantes en el buen o mal humor producto de la ingesta. Si estas son escasas, sea la comida que sea se generará una sensación negativa», remarcó la especialista.

46_Web_comesano«Está comprobado –siguió Aranda- que sobre todo los hombres se ponen de muy mal humor cuando se les restringe la cantidad de calorías de su alimentación. En las mujeres, en tanto, la inestabilidad emocional puede desembocar en hambre emocional».

En síntesis, cuando se come sano pero poco, la persona percibe que se está quedando con hambre y en vez de sentirse bien se torna irritable y de mal humor. La clave está, entonces, en comer sano y no percibir que te estás quedando con hambre.

(Fuente: infobae.com)

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