Científicos de Yale se refieren al proceso de señalización llamado JNK, así como a la participación de los genes RAS y scribble, implicados en el desarrollo tumoral.

Hasta ahora, la mayoría de científicos creía que se necesita más de una mutación causante de cáncer en una célula para que se formen tumores. El nuevo trabajo muestra que las mutaciones que causan cáncer cooperan para promover el desarrollo tumoral incluso si se encuentran en diferentes células de un tejido.
“Las malas noticias son que es mucho más sencillo para un tejido acumular mutaciones en diferentes células que en la misma célula”, explica Tian Xu, responsable del estudio.
Los investigadores trabajaron con moscas del vinagre para estudiar la actividad de dos genes conocidos por su participación en el desarrollo de cánceres humanos: RAS, que se ha implicado en el 30% de los cánceres, y el supresor tumoral scribble, que contribuye al desarrollo tumoral cuando está mutado.
Se pensaba que ni RAS ni scribble por sí mismos pueden causar cáncer y los dos genes en la misma célula desencadenan al desarrollo de tumores. Sin embargo, los científicos descubrieron que estas mutaciones no tenían que coexistir en la misma célula para causar tumores. Una célula con RAS mutando podía desarrollar un tumor maligno si era ayudada por una célula cercana con una variante de scribble defectuosa.
Descubrieron también que las condiciones de estrés, como una herida, pueden desencadenar el desarrollo del cáncer. Por ejemplo, las células RAS se desarrollaron como tumorales cuando se indujo una lesión en el tejido. El responsable de ambos fenómenos es un proceso de señalización llamado JNK, que se activa ante condiciones de estrés ambientales.
“Existen muchas condiciones que pueden desencadenar una señal de estrés: el estrés físico, el emocional, las infecciones o la inflamación. Otra mala noticia para el cáncer”, añade Xu.
Aunque el estudio muestra que es más fácil de lo que se pensaba que el cáncer se implante en el organismo, también identifica nuevas dianas para prevenirlo y tratarlo. Los investigadores descubrieron que la señal de estrés de JNK viaja de una célula a la próxima, pero que la propagación puede bloquearse.
“Un mejor conocimiento del mecanismo subyacente que causa el cáncer siempre ofrece nuevas herramientas para combatir la enfermedad”, concluye Xu.
(Fuente: jano.es)