«Ocho versos sobre las Artes Marciales»
- La mente es lo mismo con el cielo y la tierra.
- El ritmo circulatorio del cuerpo es similar al sol y la luna.
- La Ley incluye dureza y suavidad.
- Actúa de acuerdo con el tiempo y el cambio.
- Las técnicas ocurrirán cuando se encuentre un vacío.
- El Ma quiere avance y retroceso y separación y encuentro.
- Los ojos no pasan por alto ni el más ligero cambio.
- Las orejas oyen bien en todas direcciones.
Estas son referencias que el Maestro Gichin Funakoshi, tenía siempre en cuenta, y así las enseñaba. Si se estudian en profundidad, podrán observarse grandes indicaciones para la vida, tanto dentro como fuera del Dojo.
Otras citas de Funakoshi Sensei decían:
«Se debe tener dignidad sin ferocidad. Las artes marciales deben llevar a uno a este grado. No sirve para nada el actuar temerariamente sin propósito alguno causando daños a los demás. Los maestros y santos pueden parecer bobos. Las personas pretenciosas demuestran al mundo que son tan solo principiantes».
«Se dice que incluso un gusano que tiene una longitud de tres centímetros, posee un alma de centímetro y medio; así mientras se va ganando habilidad en el Karate, se debe ir teniendo mayor cuidado con la palabra. También se dice que cuanto más alto es el árbol, más fuerte es el viento, pero, ¿acaso hasta el sauce no se las ingenia para soportar el viento?. De manera similar el estudiante de Karate-do debe considerar el buen comportamiento y la humildad como las más altas de las virtudes».
«Un caballero debe ser cortés y nunca amenazante; próximo, pero jamás atrevido; matar pero nunca humillar; ningún signo de indecencia puede ser encontrado en su morada; su alimentación nunca es pesada; incluso un pequeño error es corregido, pero sin acusación. Así es su fuerza de la voluntad».
«Un hombre común desenvainará su espada al ser ridiculizado, peleará arriesgando su vida, pero no puede ser llamado valiente por eso. El hombre verdaderamente grande no se inquieta, incluso cuando repentinamente se vea enfrentado con hechos inesperados o de crisis; ni se enoja cuando se encuentra en situaciones que no las ha creado él mismo, y ello se debe a que posee un gran corazón y su mira es elevada».
«Conseguir cien victorias en cien batallas no constituye la mayor habilidad. Dominar al enemigo sin luchar, ésta sí es la más alta habilidad».